Los Grammy se rinden ante Whitney

La gran noche de la música se transformó en una improvisada celebración en honor de Whitney Houston, fallecida en Los Ángeles 24 horas antes de la entrega de la 54ª edición de los Grammy. Una muerte temprana, cuando la cantante solo tenía 48 años, e inesperada que cambió el rumbo de los Grammy, de una gala de premios a una noche de luto y celebración en recuerdo de “una hermana muerta”. “No hay más rodeos. Hemos sufrido una muerte en nuestra familia”, declaró el cantante y maestro de ceremonias LL Cool J al comenzar la ceremonia desde el estadio Staples en Los Ángeles y antes de entonar una oración por “este bello espíritu que se ha ido muy pronto”. Su plegaria se repitió a lo largo de la velada en boca de todos los asistentes. Lady Gaga y Katy Perry se unieron al momento de silencio y recogimiento; Bruno Mars se olvidó de sus seis candidaturas y recordó que estos Grammy “celebran la belleza de Whitney Houston” mientras que Bonnie Raitt agradeció la inesperada coincidencia porque “nos dio la oportunidad de celebrar juntos nuestro luto”. “Dejemos que la música nos cure”, recomendó la cantante country Miranda Lambert desde el escenario.

No todo fue pesar en una ceremonia conocida por su irreverencia. Los Grammy concedieron un total de 78 galardones, una drástica reducción de sus habituales 109, muchos de ellos fuera de ceremonia, reconociendo lo mejor del año en una gala que se convirtió como era esperado en la noche de Adele. La cantante británica obtuvo un total de seis premios, entre los que estuvo el de mejor álbum por 21, que también ganó el galardón a mejor pop. La cantante también ganó el gramófono dorado a la mejor canción y a la mejor grabación con el tema Rolling in the Deep, así como el grammy a la mejor interpretación pop por Someone Like You. Premios cargados de su propio drama al venir acompañados de la primera actuación pública de la cantante desde que fuera operada de la garganta. Emocionada, la intérprete de 23 años le dedicó su victoria a sus médicos, “que me devolvieron la voz”.

Kanye West, gran favorito con siete candidaturas, consiguió un total de cuatro premios que le fueron entregados en ausencia
La ceremonia alternó además con la transgresión abriendo con Bruce Springsteen y el tema We take care of our own, de su próximo álbum. Una canción que puso en pie al mismísimo Paul McCartney y que, centrada en los problemas del país, llega a tiempo para las próximas elecciones presidenciales. Los Foo Fighters también hicieron saltar a sus seguidores, para los que tocaron fuera del estadio Staples y que dedicaron sus cinco victorias al rock & roll, género al que desearon “larga vida”.

Otro de los ganadores fue Kanye West, al comienzo de la ceremonia el gran favorito con siete candidaturas pero que consiguió un total de cuatro premios que le fueron entregados en ausencia. En mejor álbum latino pop, rock o urbano el ganador fue Maná, mientras que Cachao se llevó el gramófono dorado al mejor álbum tropical latino. Pepe Aguilar se declaró victorioso en la sección mexicana regional o tejana mientras Los Tigres del Norte lo hicieron como mejor banda o música norteña.

Pero la noche perteneció a Whitney Houston porque, parafraseando la canción más popular de esta intérprete ganadora de seis premios grammy, “siempre la querremos”. Así lo dijo el rapero al principio de la gala y ese fue el tema que Jennifer Hudson interpretó en su honor, I Will Always Love You, canción de Dolly Parton que con la voz de Houston dio la vuelta al mundo como parte de la banda sonora de la película El guardaespaldas y se convirtió en su tema más popular y la mejor muestra de su capacidad vocal. Hudson, amiga personal de la cantante fallecida, interpretó el tema en solitario, una emocionante actuación que concluyó con un sencillo “Whitney te queremos” y lágrimas en los ojos de todos los asistentes. Como explicaron los organizadores de la velada, fue un homenaje improvisado dada la falta de tiempo, “pero los cantantes están acostumbrados a improvisar”. “Cuando hay una tragedia, la familia cierra filas y esta es una familia”, aclaró el productor Jimmy Jam en referencia a la gran familia musical. Así lo demostraron los padres de Amy Winehouse, la fallecida cantante británica cuando subieron al escenario a recoger uno de los dos gramófonos que recibió Tony Bennett por su trabajo junto a su hija como mejor dúo pop. “¡Qué puedo decir! Que hay un maravilloso grupo de chicas en el cielo”, dijo en referencia a Winehouse, a Houston y a la recientemente también fallecida Etta James.

La ceremonia de los Grammy coincidió con la última rueda de prensa del departamento forense de Los Ángeles que, concluida la autopsia, se encuentra a la espera de los resultados de toxicología que determinen si existía alguna sustancia, legal o ilegal, en el sistema de la intérprete fallecida. Conocida por sus problemas con el alcohol y las drogas, las primeras informaciones no confirmadas señalan que la cantante pudo morir ahogada en su bañera mientras se preparaba para la fiesta previa a los Grammy, un accidente que habría ocurrido al perder el conocimiento por culpa de medicamentos prescritos como les ocurrió con anterioridad a otros artistas como Heath Ledger, Brittany Murphy, Corey Haim o la modelo y heredera Anna Nicole Smith. Sin embargo, el jefe del departamento forense Ed Winter no quiso confirmar ni desmentir estos rumores

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