Ashley Judd es nuestra heroína

En los últimos meses la actriz Ashley Judd ha ganado algo de peso. Una aparición pública en la que se le veía con la cara más hinchada de lo normal desató una oleada de comentarios en la prensa (y no sólo en la prensa amarilla) y en las redes sociales en los que se especulaba con los motivos de su cambio de look. Cuando la prensa arremete contra la imagen de una celebrity ésta no suele hacer declaraciones al respecto hasta que no ha recobrado una imagen óptima no criticable. Ashley, con dos ovarios como dos balones de fútbol, ha escrito un acertadísimo artículo en el que relata su opinión sobre esta locura mediática. Como el artículo está en inglés hemos traducido algunos fragmentos porque realmente es digno de leer.

Ashley comienza hablando sobre la importancia que se da al físico de la mujer:

La conversación sobre el cuerpo de las mujeres es, en su mayor parte, externa a nosotras. A la vez está dirigida a (y comercializada para) nosotras, y se utiliza para definirnos y para controlarnos. La Conversación sobre las mujeres tiene lugar en todas partes, de manera pública y privada. Se nos describe con todo lujo de detalles, se analizan nuestras caras y nuestros cuerpos y según su apariencia nos adjudica un valor que nos reduce a simples objetos. Nuestras voces, nuestra personalidad, nuestro potencial y nuestros logros se ven minimizados y silenciados”.

Luego la actriz pasa a explicar por qué no lee las noticias que se publican sobre ella, y cómo pasó de leerlas todas, a seleccionar únicamente aquellas positivas y finalmente a ignorarlas por completo. Entonces nos explica sus motivos para no ignorar a la prensa en esta ocasión.

Mis amigos y colegas me animaron a que leyera las últimas especulaciones, y he decidido hablar sobre ellas porque la conversación era de mal gusto, sexista, misógina y porque simboliza todo aquello que las chicas y mujeres tienen que sufrir cada día. El asalto a nuestra imagen, la hipersexualización de niñas y mujeres y la consecuente degradación de la sexualidad femenina conforme avanzan las décadas; de eso trata en realidad esta conversación que superficialmente parece ser sobre mi cara”.

Y una vez aclarado este punto Ashley analiza las diferentes versiones que se han publicado sobre una sola aparición en televisión.

1. Cuando tengo que tomar esteroides por una enfermedad se me acusa de tener la cara hinchada. Reporteros con credibilidad me acusan de haberme operado e identifican las operaciones concretas a las que se supone que me he sometido.

2. Como apenas tengo defectos en la piel y pese a tener 43 años no tengo arrugas que sean visibles en la televisión, “me he hecho algo”. Los medios consultan a expertos que no me conocen, quienes explican “exactamente” a que tratamientos me he sometido.

3. En 2012 mi cara no es igual que en 1998, por lo tanto se me acusa de haberme “estropeado” la cara o, más a menudo, de haberme “jodido” la cara. Los medios se lamentan de que haya perdido “la belleza familiar por la que era admirada”.

4. Cuando gano algo de peso tras pasar 6 meses sin hacer ejercicio soy una “vaga” y una “cerda”, y “más me vale tener cuidado” porque mi marido “ya está buscando su segunda esposa”. Esta crea competición y miedo entre mujeres y sugiere que mi marido solamente valora mi físico. No comentaremos lo extraordinario que es que con una talla 38 se me considere “gorda”.

Con un par!!