El ginecólogo que elegía a los niños

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Dimite de un cargo del PP un médico acusado de robo de niños

Flor Díaz, de 43 años, comenzó en 2006 a investigar por qué su madre decía que había estado embarazada de mellizos en 1967 si ella había nacido sola. "Me aseguraba que tenía una barriga enorme y que dado que había un montón de antecedentes en la familia de gemelos pensó que eran gemelos. Pero al nacer le dijeron que junto a mí lo que había era mucha porquería. Eso explicaba la barriga", describe Díaz.

Las sospechas crecieron cuando logró la documentación de su nacimiento en el Hospital de La Línea de la Concepción (Cádiz). El parte médico señalaba en el apartado de sexo del bebé: "H-V". "Es decir, de hembra, que soy yo, y varón, que es mi hermano", explica. Con esos documentos firmados por el "doctor Nogales" puso el verano pasado una denuncia que la Fiscalía de Algeciras investiga. El responsable es el citado ginecólogo, pero Flor Díaz apunta el nombre de otro médico que se repite en decenas de denuncias de robos de niños en el hospital linense: Abelardo García Balaguer.

Este ginecólogo permanece en activo en una céntrica clínica ginecológica privada en La Línea. Las denuncias del pasado verano le señalan como una de las personas que tiene mucho que aclarar en un posible juicio al respecto de las denuncias de robos de niños en la década de 1960 y 1970 en el pueblo gaditano. De momento, los únicos que le han preguntado sobre los partos sospechosos que él supervisó han sido los periodistas. Estar en el centro de la polémica le llevó la semana pasada a dimitir como presidente del comité electoral del PP en La Línea.

En su clínica no explican sobre su participación en los hechos denunciados y en la sede del partido al que está afiliado en la localidad gaditana tampoco aclaran su nivel de implicación política. Este periódico consultó ayer sin éxito en ambos lugares.

"Él fue el que asistió a mi parto y al de mi otro hermano robado", añade Flor. Cinco años después del supuesto robo de su mellizo en 1962, la madre de Flor sufrió otro suceso similar con Abelardo García Balaguer. "Mi madre fue sedada por completo durante el parto al que no pudo asistir mi padre al encontrarse en Turquía trabajando como camionero", relata. Su madre, tras un embarazo tranquilo, tuvo un hijo el 5 de noviembre de 1967. Cuando la abuela de Flor acudió al hospital le dijeron que su nieto había nacido muerto. Quizá alertada por haber perdido otro nieto 5 años antes exigió fotografiarse con el niño muerto.

Sin archivos
Flor posó el pasado enero en Madrid con esa instantánea que ahora supone una prueba de un supuesto delito. Ese día presentó ante la Fiscalía General del Estado su caso junto con más de dos centenares de denuncias de la Asociación Nacional de Afectados por las Adopciones Irregulares (Anadir). La investigación todavía sigue en proceso de recabación de pruebas. El doctor García Balaguer negó el verano pasado al Diario de Córdoba que estuviera presente en aquel parto pese a que el parte médico lo deja claro. "En esos tiempos, si nacía un feto muerto no se hacía certificado, sino un legado de aborto. No existía la burocraciaactual y temo que se hayan barrido los archivos del hospital municipal", declaró al citado diario.

La Fiscalía se lamenta de que casos como el que denuncia Flor de 1967 tengan "dificultades" para prosperar debido a que los supuestos abortos no se registraban y que muchos de los nichos donde reposan los ataúdes vacíos fueron destruidos diez años después del entierro. "Si la familia no renueva el espacio en el cementerio, se reutiliza", explicó el pasado viernesel fiscal jefe de Madrid, Eduardo Esteban.
nformes positivos
La supuesta sociedad delictiva de adopciones ilegales que llevaron a cabo los ginecólogos Nogales y García Balaguer se alargó durante más de una década. El 7 de marzo de 1975, Ana Brito, de 76 años, acudió a "la Residencia de La Línea" para tener su octavo hijo. Hasta aquel día había pasado un embarazo "con informes positivos" firmados por el propio Balaguer, como recuerda su hija Inmaculada, que tenía entonces 14 años.

Las irregularidades comenzaron desde la entrada de la familia al centro hospitalario. "Entró con los dolores normales de un parto pero en el motivo del ingreso pusieron que no se sentía el feto y eso es mentira", señala Inmaculada al revisar la documentación firmada por la matrona Luz María Gavira. El parte señala que su madre fue atendida más de una hora después. Le comunicaron que su hijo "no tenía latido".

La documentación dice que nació una niña muerta por el "cordón umbilical corto". "Le dijeron que venía macerado, muerto desde hace días", explica Inmaculada. Ana pidió a gritos que le enseñasen a su niña y le enseñaron un recién nacido durante sólo unos segundos. "Mi madre siempre la ha descrito como muy bonita, que parecía dormidita", recuerda.

Hasta que Ana recibió el alta cinco días después del parto y fue atendida por el doctor Nogales, implicado en otras denuncias como la de Flor Díaz. El personal sanitario sacó a diario leche materna a Ana. "Le decían que era mejor para que no le doliesen los pechos", añade Inmaculada. La familia Brito sospecha que la leche materna, "que guardaban en una botellita", era para la niña robada.

El supuesto falso entierro es una incógnita. En el hospital les aseguraron que se encargarían de todo. Inmaculada ha comprobado que en el registro del cementerio de San José no hay ningún feto registrado con esa fecha ni con el nombre de sus padres. Para acabar con las dudas que le han acompañado toda su vida Ana se someterá a una prueba genética que facilite el reencuentro con su hija 36 años después.

Pobres familias,pobres mujeres. No tienen corazón,hay que ser frío y muy mala persona para hacer algo así.