Once prácticos consejos para convertir el problema de un instituto en un follón de órdago

Supongamos que tenemos ante nosotros a un perfecto cretino que, como tal, considera que este país con tantos problemas necesita añadir uno más. Le voy a explicar cómo hacerlo en once cómodos pasos. Querido cretino, preste atención:

Paso 1. Busque algún centro educativo de secundaria con sus alumnos cabreados. Le será fácil: están haciendo tantos recortes que abundan los colegios y escuelas en esa situación.



Paso 2. Entérese dónde hay alguna concentración, manifestación o protesta estudiantil. Tampoco resulta complicado, a consecuencia de lo expuesto en el punto 1.

Paso 3. Envíe a los antidisturbios para que diluyan por la fuerza a los manifestantes. Para ello, esgrima una razón de orden público: seguramente, estarán colapsando el tráfico o impidiendo la circulación de la gente, etc… es lo que suele ocurrir cuando varias docenas de personas se reúnen por algo en concreto: un botellón, la llegada de una estrella del cine, la venta del nuevo iphone, etc, etc, etc.

Paso 4. Haga daño físico. Pero antes asegúrese de que los agentes están siendo grabados con móvil por los estudiantes desde unos doscientos o trescientos ángulos. Que nadie pierda detalle de la carga policial, para que luego puedan subir a la red todo tipo de vídeos inspirados en el Acorazado Potemkin.


Paso 5. Procure que sus golpes tengan algo de espectacular: que se vean bien los porrazos, que arrastren a los jóvenes, les tiren del pelo y los saquen a empellones. Eso vende mejor en televisión e internet, que son los medios más eficaces de propaganda. A ser posible -seguramente darán motivos- detenga a algún estudiante. La sangre vende así que, adelante, que no se priven. Repartan leña. Basta que, cuando estén en medio de la faena, se aseguren de que la escena está siendo captada por algún intrépido reportero de alguna agencia nacional.



Paso 6. Muy importante: cuando se acerque a algún adulto -padre, madre, viandante- a decirle a la policía: “Ya os vale, tíos. Os estais pasando, ¿no veis que son unos crios?”, no dejen escapar la oportunidad. Que le aticen fuerte, lo suficiente para que se vea obligado a ir al hospital y pueda obtener un parte médico por lesiones que mostrar a la prensa (eso, si alguien no tiene la brillante idea de prohibírselo)

Paso 7. Una vez creado el consiguiente escándalo (porque estaremos de acuerdo que zurrar a adolescentes y a sus padres tiene algo de escándalo) espere a que las autoridades políticas de oposición tomen cartas en el asunto. Cuando se solidaricen con los agredidos, mande otro contingente policial al lugar de la concentración para repetir el paso 6. Sería muy conveniente que también se lleven su zurra tanto los representantes políticos, como algunos de los periodistas que cubren el acto.

Paso 8. A estas alturas, la noticia debe estar ya recogida en alguna sección de algunos periódicos digitales. Si no lo está, mande buscar a algún periodista y… que le partan la cara.

Paso 9. La fuerza no es sólo necesaria; también la inteligencia. Convoque una prensa para dar su versión de los hechos. Acudirá la prensa, puesto que en esos hechos ha salido escaldada y estará interesada en saber por qué les han zurrado también a ellos (de lo contrario, repita el paso 8). En esa rueda de prensa debe referirse a los estudiantes como “nuestros enemigos”.

Paso 10. Cuando el escándalo haya saltado a la prensa, escriba un argumentario que sus partidarios repitan como papagayos. Y, lo más importante, fíltrelo a la prensa.

Paso 11. Si quiere empeorar la situación, repita alguno de los pasos anteriores. Eso ya depende de usted y de su grado de estulticia.

De nada, querido amigo cretino. No me lo agradezca, porque no me ha costado tanto. La realidad supera a la ficción. Me ha sido suficiente leer la prensa para idear estos consejos.


http://blogs.lainformacion.com/treintaymuchos/2012/02/21/once-practicos-consejos-para-convertir-el-problema-de-un-instituto-en-una-noticia-de-portada/

Que bueno, por favor. Tiene toda la razon del mundo