«Mi exmujer me ha robado a mi hijo»

La última vez que vio a Unai, de 5 años, fue en diciembre. «En tres meses, solo me han dejado hablar dos veces con él por teléfono»
Jon Barquiel la ha denunciado por llevarse al niño a Venezuela, su país de origen, «para siempre»
LOS DATOS
Evolución de las solicitudes tramitadas al amparo del Convenio de La Haya
2000
Requerimientos de España: 37:
Requerimientos a España: 62
Total menores: 99
2009
Requerimientos de España: 97:
Requerimientos a España: 86
Total menores: 183
2010
Requerimientos de España: 123
Requerimientos a España: 91
Total menores: 214
Ayuda y asesoramiento: Asociación por el Bienestar de la Familia y el Menor TAS 649707696
«Ella se negaba a la custodia compartida. Ha tenido miedo a perder el control absoluto del niño y se ha ido»
Jon Barquiel es un hombre «destrozado». Lleva tres meses sin poder abrazar a su hijo Unai, que en unos días cumplirá 5 años. En diciembre, su expareja huyó con él desde Ermua hasta su país de origen, Venezuela, sin avisarle de sus intenciones, sin dejarle ni siquiera despedirse del niño. Se enteró por teléfono cuando Unai ya estaba en Maracay, a miles de kilómetros de distancia de su padre, de su escuela, de sus amigos. En esa llamada, su exmujer le anunció que no tenía intención de regresar jamás a la localidad vizcaína, ni ella, ni tampoco Unai. Su vida dio un vuelco y, desde entonces, Jon no puede ver sin derrumbarse las «miles» de fotos que conserva de su pequeño. Desde diciembre, solo ha hablado dos veces con él; su madre no le deja ponerse al teléfono por «su supuesto bien psicológico, porque llora cuando habla conmigo». Teme haberlo perdido para siempre. «Él es el eje de mi vida y me lo han robado», solloza.
El caso de Jon no es único. Como él, cientos de padres y madres son víctimas de lo que se conoce como un secuestro parental o sustracción ilícita de menores; un delito que ocurre cuando uno de los dos progenitores arrebata el o los hijos de la pareja de su entorno habitual y desaparece con ellos, normalmente a un país extranjero. El aumento de la inmigración, unido a la crisis -que por un lado está empujando a muchos foráneos a desandar el camino y, por otro, es detonante de multitud de separaciones-, ha incrementado en los últimos años este fenómeno, hasta duplicarse el número de casos en apenas una década, según las estadísticas del Ministerio de Justicia. En 2010, último ejercicio del que hay datos, las autoridades españolas tramitaron 214 expedientes; de ellos, 123 eran menores reclamados por España a otros países, mientras que 91 eran peticiones de otros estados sobre niños supuestamentre traídos ilegalmente.
Jon conoció a Francys en 2004 durante un viaje a Venezuela. Fue un flechazo. Se casaron en el país sudamericano. Ahora cree que fue «un error». «Me arrepentiré toda mi vida. Confundí mal carácter con espíritu luchador», se lamenta. La pareja se afincó en la localidad natal de Jon, en Ermua y, tres años después, en 2007, nació Unai, un precioso niño moreno, con grandes ojos negros y sonrisa permanente. Desde el principio, la convivencia fue tormentosa. La relación se fue deteriorando hasta que, en las navidades de 2009, se rompió definitivamente.
«Estuvimos un año para firmar un convenio regulador de la separación. Me volvió loco. Yo siempre he querido la custodia compartida, pero ella se negaba alegando que entonces perdería las ayudas sociales. Al final tuve que ceder; acordamos que ella se quedara con la custodia durante un año, hasta que empezara a salir adelante, y yo me beneficiaba de un derecho de visitas amplio: un día sí y otro no, fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones». Sin embargo, Jon nunca cejó en su empeño de conseguir la custodia compartida. «Ella tuvo miedo de perder el control absoluto del niño y lo ha secuestrado», explica.
Sin intención de volver
Fue el pasado 11 de diciembre, un domingo. «Ese día recibí una llamada de ella desde Venezuela. Me dijo que se había ido a pasar una temporada con su familia y que no volvería hasta el 20 de enero. No avisó a nadie, ni siquiera al colegio». Desconcertado, Jon no pudo hacer otra cosa que acudir al juzgado para denunciar el incumplimiento del régimen de visitas y esperar a que pasaran unas navidades desoladoras para la familia Barquiel, que unos meses antes había perdido a la hermana de Jon en el parto de su hijo, que también falleció. El mismo día 20 de enero, a primera hora, llamó a su ex. «Le pregunté si estaba ya en Ermua y me dijo que volvía al día siguiente. Pero esa tarde me llamó y me soltó la bomba». Un misil directo a su corazón: Francys le dijo que había encontrado trabajo en Venezuela y que no tenía intención de volver.
Jon ha denunciado los hechos ante el juzgado y la Ertzaintza por sustracción de menor e incumplimiento del convenio regulador de la separación; la próxima semana, su abogado, Jorge Martínez -de la asociación TAS-, iniciará un procedimiento de restitución internacional del menor y «posiblemente presentaremos una querella contra la madre». El letrado no oculta que su caso es «complicado». «No dependemos solo de los juzgados españoles, sino de otro Estado. Pero la realidad es que el niño es ciudadano español y el Gobierno español está obligado a protegerle». Según sospecha Jon, la madre de Unai tramitó también a sus espaldas la nacionalidad venezolana para el niño. «Lo tenía todo pensado», apunta.
En España, el artículo 225-bis del Código Penal castiga con pena de dos a cuatro años de prisión al progenitor que comete secuestro de un menor, pero solo si se trata del que no ostenta la custodia. Si la víctima es el padre no custodio, la denuncia suele ser por sustracción o detención ilegal, coacciones o incluso desobediencia a las autoridades. España forma parte, entre otros muchos países -también Venezuela-, del Convenio de La Haya, cuya finalidad es asegurar la restitución inmediata de los menores trasladados o retenidos ilícitamente y que los derechos de custodia y visita sean respetados. Pero llevar a efecto este principio no siempre es fácil, más si como, en el caso de Jon, la custodia está en manos de la madre. En teoría, el juez debe ordenar la devolución del niño al país donde residía, pero siempre caben excepciones. Si el proceso se demora mucho en el tiempo, el magistrado puede denegar el traslado aduciendo que el pequeño está integrado en su nuevo entorno. «Ella confía en la pasividad de la justicia venezolana para quedarse con el niño», sospecha el padre.
«Pura y dura venganza»
La última vez que Jon habló unos minutos con su hijo fue el pasado sábado; era la segunda vez en tres meses. «No quieren ponerlo al teléfono porque, en la otra ocasión que habló conmigo, estuvo llorando dos días y dicen que puede causarle un trauma. Es de una crueldad absoluta». Cree que su hijo está siendo utilizado como «arma arrojadiza» contra él, por una «venganza personal» porque Jon ha rehecho su vida con una antigua amiga de su exmujer. «Cuando nos separamos todo fue más o menos bien mientras ella tenía parejas; su actitud cambió cuando empecé a tener relaciones con otras chicas. Entonces empezó a restringirme el contacto con mi hijo y a hacerme escenitas». Con su actual pareja, que tiene dos niñas, Jon había empezado a vislumbrar su sueño de formar una familia; «no solo por Unai, sino por mí, porque soy una persona muy familiar. El primer mensaje de mi ex cuando inicié la relación fue claro: 'con mi hijo no váis a jugar a la familia feliz'». «Es una pura y dura venganza», sostiene.
Pero no está dispuesto a «tirar la toalla» y piensa agotar la vía legal para recuperar a su hijo antes que plegarse a las exigencias de su ex y su familia. «Quieren que firme un régimen de visitas para que me pueda traer a Unai una vez al año. Su hermano, que es abogado, me ha denunciado allí por amenazas con la intención de que el Estado tutele a la madre y al niño. Me reprochan violencia verbal por teléfono, pero ¿qué hay más violento que arrebatar un hijo a su padre?», se pregunta Jon, que se pasa los días buceando entre textos legales y sentencias para hallar un resquicio de esperanza. «Les llamo rogando que me devuelvan a mi hijo y me llaman 'marica llorona' y otras barbaridades. Yo he sido un padre ejemplar para mi hijo, solo me ha faltado darle el pecho. Me he hecho cargo de todos sus gastos, siempre he luchado para pasar más tiempo con él y ella lo ha utilizado para hacerme daño».
No esconde que sufre una «profunda depresión» de la que está en tratamiento psicológico. Durante la sesión fotográfica para este periódico, Jon se desmoronó al ver las fotos del pequeño. Momentos cotidianos -Unai en los columpios, Unai disfrazado, Unai comiendo una galleta- y que ahora duelen como puñales por miedo a que sean irrepetibles. Pero Jon no siente vergüenza de unas lágrimas que son muestra del mayor amor incondicional que existe, el de un padre o una madre por un hijo. «Quiero a Unai con locura. Es el eje de mi vida y me lo han robado», repite.

http://www.elcorreo.com/vizcaya/v/20120304/pvasco-espana/exmujer-robado-hijo-20120304.html

Pero bueno,esta tía está loca! quien se cree que es para llevarse al niño sin el consentimiento del padre? nada menos que Venezuela.....será japuta?


Nada,denuncia,que le denuncie por secuestro y que le quiten la custodia por sinverguenza,que a esta el bienestar de su niño le importa bien poco.


Pobre padre...

Ella es Venezolana y tiene la custodia del niño.Que debería hacer??Están separados y ella no tiene a nadie aquí,por eso se ha ido y ha encontrado trabajo en Venezuela.Deja al niño con su padre y se va???? Que es lo mejor para el niño???
El padre ya ha rehecho su vida con la mejor amiga de ella que tiene dos niñas.
Otra opción es que el padre se vaya a Venezuela.

Pues no sé Jew...pero desde luego llevarse al crío sin decir ni media ni comentar o buscar una salida a su situación no me parece bien. El es su padre y tiene derecho a estar y ver crecer a su hijo. Desde luego que no son maneras como ha actuado. Antes de irse a su pais debería haber hablado con el padre de la criatura y entre los dos buscar una solución.

Si claro,pero ella es Venezolana y supongo que ha buscado estar cerca de los que la van a ayudar,en cuanto al niño hay que pensar que es lo mejor para él no para sus padres.
O lo deja en España o se lo lleva su madre.No hay otra decisión.
POrque él ni contempla irse a vivir a Venezuela.Parece tan normal que ella se quede en España para que el niño vea al padre??? seguramente lo tiene peor ella para subsistir.
No se lo ha llevado secuestrado,se lo llevo de vacaciones para que viera a sus abuelos y encontró trabajo allí.El padre sabía en todo momento donde estaba.Que ella lo tuviera premeditado es otro asunto que debe demostrar el padre en un juzgado no en los diarios.

En todo caso estas cosas pasan,yo tengo una amiga que se ha ido a vivir a Argentina con su nueva pareja y se ha llevado al niño.Ella tiene la custodia y ella ha tomado la decisión.El niño viene a España en verano y el padre viaja a Argentina para verlo cuando puede.No ha gustado a nadie,ni a los abuelos ni a los tios ni a los familiares del niño.Pero ella ha decidido irse con su nueva pareja y su hijo está donde esta ella.Lo hubieras dejado????? Pues el niño ya se ha acostumbrado y es feliz.
Sólo faltaría que después de una separación tuviéramos que adaptarnos a la situación del ex.La vida sigue.
Imaginate este padre,que le ponen al niño al teléfono y se pone a llorar y el niño se agobia y llora también.

Pues que es una situación muy muy difícil jew....yo me pongo en la piel de esos padres(o madres) que por que se tienen que buscar la vida se llevan a los niños y uffffff,es como si me dijera mi marido que se larga a trabajar y que se lleva a los niños yo que sé...a Burgos,y mira que está cerca relativamente y me dan los 7 males....o al contrario,que yo me fuera a otro lugar a buscarme las habichuelas y me llevara a los niños, él se moría de la pena.


Claro que debe primar el bienestar de los niños. Es lo importante. Pero es un tema muy difícil,y si ya hablamos de otro país,de distancias enormes no quiero ni pensarlo.

No puedes verlo desde una situación de pareja.
En estos casos ya no hay pareja,ellas y ellos están solos o en otra relación.
Los niños ya no viven en un hogar conjunto.Hay que tomar decisiones y ver lo que es mejor para el niño.Si la madre tiene oportunidad de trabajar en otra parte debe buscar su bienestar,el bienestar de un niño de cinco años es estar con su madre.Eso debemos entenderlo.En este caso la custodia era de la madre porque ella cuidaba al niño.

Claro....yo lo veo desde mi situación como pareja....si hay una separación de la pareja aún es más complicado si cabe.

Yo este tema lo he vivido casi en mis propias carnes porque ese caso se ha dado dentro de mi familia. La madre se lleva al hijo, no por necesidad, sino porque le venia mejor. Eso todo sin decirle ni mu al padre. Yo siempre estuve en desacuerdo porque no me parece normal actuar como le salga del moño. Pillar al crio largarse y hacerse la desaparecida. Llevarselo a otro pais. Esas cosas se tienen por lo menos que comunicar y dejar constancia en el juzgado esgrimiendo tus motivos por los que precisas ausentarte de donde el niño tiene fijada su residencia.

Suerte que el padre era un pasota y no le hizo nada sino se le podria haber caido el pelo a ella

Los niños no son juguetes.NI armas para presionar.Si no empezamos a ver desde el punto de vista de lo mejor para el niño no vamos bien.

El niño estaría mejor con el padre si la madre se va???? es lo único que importa.
Porque al final si las madres se llevan a sus hijos (y perdon pero tiene la custodia ella) los roban y si los dejan los abandonan.

Asi es. Tal cual. Aunque en este caso mio mira como le ha ido al hijo....

A mi no me parece bien que se lo lleve sin decir ni ostes ni mostes, ella tendra la custodia pero el el derecho a visitas. Acaso se lo va a llevar al punto de encuentro? le descontara a el el valor de los viajes de la pasta que le pase? creo que no ha actuado bien, simplemente ha hecho lo que le ha salido de las narices y ya esta.

Estoy de acuerdo con casi todas. Me parece horrible lo que ha hecho esa mujer, sinceramente.

Lilú escribió:Estoy de acuerdo con casi todas. Me parece horrible lo que ha hecho esa mujer, sinceramente.

¿Horrible? Sí. ¿Normal? También.

El principal problema aquí es el de casi todas las separaciones: que no se pone por delante qué es mejor para el niño. Este es un caso muy difícil, con un océano por medio, pero desde luego la forma de actuar de esta mujer ha sido de todo menos correcta, principalmente hacia su hijo. Yo no digo que no le quiera, pero sí que da la impresión de que veía en su hijo un instrumento con el que garantizarse una serie de "conveniencias" (léase pensión alimenticia, ayudas del ayuntamiento, del estado, etc.). No me parece un ejemplo de madre, y espero que por una vez la justicia funcione y lo que legislen sea lo mejor para la pobre criatura. Ni padre ni madre, el niño es lo importante aquí.

Wooster escribió:El principal problema aquí es el de casi todas las separaciones: que no se pone por delante qué es mejor para el niño. Este es un caso muy difícil, con un océano por medio, pero desde luego la forma de actuar de esta mujer ha sido de todo menos correcta, principalmente hacia su hijo. Yo no digo que no le quiera, pero sí que da la impresión de que veía en su hijo un instrumento con el que garantizarse una serie de "conveniencias" (léase pensión alimenticia, ayudas del ayuntamiento, del estado, etc.). No me parece un ejemplo de madre, y espero que por una vez la justicia funcione y lo que legislen sea lo mejor para la pobre criatura. Ni padre ni madre, el niño es lo importante aquí.

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Pero si se ha ido a su país a trabajar a que tipo de pensiones aspiraba????
Debía quedarse en España para que el niño viera a su padre los fines de semana???Recordemos que su padre está con otra mujer que tiene dos niñas.

Y qué? que pasa por que haya rehecho su vida con otra mujer? ella tambien tiene derecho a rehacer la suya,pero desde luego NO llevándose al hijo de ambos a Venezuela o donde Cristo perdiera los clavos. No. Ha hecho mal y espero que o que rectifique o que la justicia ampare a este padre.

Como bien decía MJ,que pasa? como va a llevar al niño al punto de encuentro? lo va a pagar ella? anda ya, se le ha ido la pinza,pensando que se llevaba al niño como quien se lleva una maleta,pues mira no.

Jew, me refiero a lo que pone en el artículo de que no quiso la custodia compartida porque le podía afectar a las ayudas sociales. Y ella tiene derecho a irse, pero no a la francesa. El niño está escolarizado aquí, pues que lo trajera de vuelta, que se quede con su padre mientras acaba el curso y mientras que en el juzgado decidan qué es lo mejor para el niño. Y conste que me parece que el padre pecó de desidia, eh? Si quería la custodia compartida no tenía que haberlo acordado con ella, tenía que haber peleado en los tribunales.

El padre pecó de desidia y ella de espabilada.

Ella se ha ido a su pais,que es donde la puede ayudar su familia y donde ha encontrado trabajo.Eso tambien afecta al bienestar del niño.