CASO GÜRTEL | Aquellos maravillosos amigos

El juicio contra Camps pone en evidencia la relación entre los implicados
Son 'amiguitos', se quieren, se despiden con besos, se insultan con cariño
En el TSJ todo ha cambiado; no se hablan, no se miran, todos desconfían

Qué lejos parecen quedar aquellas conversaciones que siempre acababan con un beso, aquellas declaraciones de amor eterno y aquellos insultos de colegueo.

- "Contarás durante muchos años con mi lealtad, ¿vale?"

- "Perdona, ¿durante muchos años? No, hijo de pxxxx, durante toda tu vida. Ja, ja, ja".

No hace tanto que Francisco Camps quería "un huevo" a Álvaro Pérez. No hace tanto que Francisco Correa mimaba los oídos de Ricardo Costa diciéndole que algún día él sería el presidente del Gobierno de este país. Para estas cosas siempre le llamaba 'Ric'.

Los tiempos han cambiado. En 2008, Camps era presidente de la Generalitat Valenciana. Un líder político sin contestación en las urnas, muy valorado en Madrid, un apoyo decisivo para su jefe, Mariano Rajoy, que le prometería meses después, cuando se torcían las cosas, estar siempre detrás de él, "o delante, o a un lado". Ricardo Costa era la mano derecha de Camps en Valencia, el jefe operativo del partido. Había aceptado incluso olvidar a su propio hermano (Juan Costa) para apuntalar a Rajoy en Génova cuando su trono se tambaleaba. Todo el mundo daba por hecho que Costa sería conseller porque Camps creía en él como en casi nadie. Le prometió no dejarle caer horas antes de su destitución.

Entre bastidores, lejos de las cámaras, había más amigos. Todos saben que Alvarito siempre estaba por allí. En cuclillas de cada mitin. Era, cuentan, un gran "conseguidor", no había nada que no pudiese gestionar para complacer a sus colegas del PP. Le pedía caviar, relojes, iPhones... "Presumía de hacer lo que quería en Valencia", relató ante el juez José Luis Peñas, primer denunciante del caso Gürtel. 'El Bigotes' era amigo de Paco (Camps) y de Paco (Correa) y Correa era muy amigo de Pablo (Crespo), su número dos. También era amigo de Pepe (José Luis Peñas), tanto que el ex concejal de Majadahonda cuidaba de la hija de Correa cuando nadie se podía hacer cargo, tanto que Correa echó una mano a Peñas para montar su propio partido cuando le expedientaron en el PP.

Álvaro Pérez llamaba a cualquier hora a Ricardo Costa cada vez que tenía un problema, comía con él o pasaba por su casa o su despacho si necesitaba algo con urgencia. El ex secretario general del PP valenciano reconoció en su declaración ante el juez que la relación con 'El Bigotes' la heredó del partido pero confesó que su trato derivó a "amistad". Alvarito era amigo de Ric. Nadie lo niega.

Camps no se ha atrevido a reconocer la amistad, aunque tuvo que escuchar en público como llamaba a Pérez "amiguito del alma" en la Nochebuena de 2008. Dice Camps que en realidad no era amigos, que era sólo una "relación cordial", que ya se sabe que él es muy de "empatizar" con la gente.

Todo marchaba perfecto... Paco Correa llamaba a Álvaro para que hablara con "el curita", Camps a su vez se deshacía en gratitud por los favores de Alvarito, que a su vez llamaba a Ric a menudo para cenar con Pablo o pasarle con Paco (Correa, otra vez). El círculo perfecto que abrazaba al PP valenciano con las empresas de la trama Gürtel.

Hay muchas llamadas de teléfono, conversaciones pinchadas por la Policía, que ponen en evidencia los lazos de aquella gran familia. Hay una que anticipó el desastre.

Se escuchó por primera vez el pasado martes a petición de la fiscalía durante el juicio contra Camps y Costa por un presunto delito de cohecho impropio. Luego se ha repetido su audición en varias ocasiones. Es quizás la llamada con más contenido, la que adelanta el fin de la amistad, el inicio del proceso judicial.

Era el 22 de enero de 2009. Hablan Álvaro Pérez y Francisco Correa.

- Álvaro Pérez: Creo que me han hecho un putadón gigantesco

- Francisco Correa: ¿Con quién?

- Á.P.: Con Pa... Con el curita.

- F.C.: ¿Con Fitur?

- A.P.: No, no, no... Con otra cosa, tío, más complicada. Pero no hables por teléfono, tío, te lo pido por favor...

'El Bigotes' le cuenta luego a su jefe que los problemas que vaticina tienen que ver "con cosas que hemos hecho hace tiempo con el curita". "¿Tiene que ver con José Tomás?", le pregunta Correa. "Sí, efectivamente".

"Alguien ha dicho que yo hago regalos a una serie de señores... Entonces, tío, no tengo salida", reconoce Pérez. "Además, yo no le he regalado ningún traje a ese hombre, al curita. Yo he comprado trajes a su medida porque cuando hemos hecho una sesión de fotos se lo ha puesto y luego me lo ha devuelto".

Correa le responde: "Que ya lo sé, que no tienes nada que ocultar. Que eso es una gilipollez. Lo que pasa es que eso será el principio de un montón de cosas...".

Fue el principio del fin. Correa y Crespo comparten prisión pero ya no se hablan. Uno viajó a Valencia para declarar en ambulancia, el otro en furgón policial. El amigo José Luis Peñas es un traidor para todos. Camps y Costa comparten banquillo de acusados pero casi ni se miran. Cada uno aparece cada mañana con su abogado personal, cada uno con su estrategia de defensa. Ni un ápice de la complicidad de antaño, cuando se hacían carantoñas en las Cortes. 'El Bigotes', que ahora tiene barba, ha perdido el contacto con todos. Contó Costa que su desconfianza hacia él ya es total. Desde que estalló Gürtel a Álvaro Pérez sólo se le ha visto tomar un café en una terraza de Valencia con el ex vicepresidente Víctor Campos, pero ya se sabe que Campos aceptó su culpabilidad porque Camps le dijo que él también lo haría, porque él también creyó en aquellos maravillosos amigos...

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/18/valencia/1324231291.html

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