Agag y las cacerías con su amigo Saif Gadafi

por jewss Sáb Nov 05, 2011 7:33 pm

Durante los muchos lustros que duró el gadafismo, el dictador libio se mostró harto generoso (de dinero y regalos) con todo el que se postraba en su jaima poniendo el cazo. Entre ellos, no pocos españoles desde el inicio de le Transición. El liquidado Muamar hablaba de sus amigos Aznar (que llegó a calificarle de “amigo extravagante”), Berlusconi, Sarkozy y Blair.

Con ese olfato extraordinario que el dios argelino le dio, Alejandro Agag pretendió con el hijo mayor del sátrapa montar un negocio cinegético de perdices en una inmensa finca cercana a Trípoli. Saif Al Islam es el único varón de la saga que pervive y es seguro que depondrá ante el Tribunal Penal Internacional, cuyo fiscal justiciero, el argentino Moreno Ocampo, le espera preguntas en ristre.

¿Saldrá a relucir Agag? Podría contar, por ejemplo, la cacería organizada por el español a finales del 2010 en la finca El Rincón de los Canchos (Aldea del Fresno. Madrid) y a la que asistieron veinte invitados de le “jet” elegidos por el marido de la hija de Aznar.

Cuando Rajoy tiene que decidir de la comanda económica

No se habla de otra cosa por los menguados salones de la Corte. ¿Quién o quiénes están en disposición de echarle al coleto la herencia en forma de telarañas que dejará Zapatero? En realidad, la “esfinge” pontevedresa sigue muda al respecto. Por ello, hay que interpretar los gestos a Mariano, que son siempre infinitamente más seguros que sus palabras. Porque hablar, habla poco. Quedó esculpido en el Antiguo Testamento: “Quien mucho habla, mucho yerra…”

De modo que las apuestas en el mercado de invierno son, a tenor de esos gestos fácticos, netamente favorables al menudo y experimentado Cristóbal Montoro, al fin y a la postre el que lleva defendiendo la postura del PP desde tiempo inmemorial. Por si fuera poco, el otro poder fáctico del centroderecha, Javier Arenas, pidió a Rajoy que el jienense con cátedra cántabra encabece la lista por Sevilla. ¡Verde es la bandera de Andalucía!

Otra cosa será si, además de ministro de Economía, hay otra cartera que ponga Hacienda. Y estas son lentejas, “oiga usted…”.

Cuando Pedro J. no encuentra el ‘jurdó’ para mandar a paseo a los transalpinos

Un papel salmón con pretensiones de Harvard ha tabulado con cierta precisión que el todopoderoso periodista riojano (en Unedisa, el zapaterismo, el marianismo, el botinismo y todo lo que se tercie) fue a visitar a don Emilio a la Ciudad Financiera de Boadilla –territorio Gürtel- para pedir un favor: aglutine usted un “pool” de grandes empresas españolas que pongan el dinero para mandar a paseo a los italianos de Rizzoli. Pero tropezó, entre otros, con César Alierta. Los maños nunca olvidan.

Cuando hay que jubilar a Rouco

El gran poncio de la Iglesia española cumplió en el pasado mes de agosto 75 años, justo la edad que el Vaticano establece para que los obispos pasen a cobrar mientras vivan de la Seguridad Social. Pero el Pontífice tiene la potestad de ampliar la edad fértil (laboral y pastoralmente se entiende) a su antojo. No parece que Rouco Varela tenga intención de dejar el oropel ejecutivo (¡a fe que lo ejerce, vive Dios!) pero las “bases” eclesiásticas reclaman cambios generacionales, cambios de orientación y nuevos nombres. Ya estaría preparando el inquietante cardenal su propio relevo. ¡Tampoco copó todo el poder eclesial para luego dejarlo todo desatado!

Cuando el Estado sonríe en Euskadi, pero menos

Las campanas siguen repicando con el anuncio de ETA. Todo el mundo da por hecho que el aquelarre pacifista al fin no moverá un voto. No lo moverá en lo relativo al PP/PSOE, pero Bildu está que se sale. Si ya amenazaba con disponer de grupo parlamentario propio antes del anuncio, válgame Señor la intención de voto que ahora trafican. Hasta el punto que he oído en la siempre sospechosa La Sexta que en unos años a Euskadi no la conocerá ni Sabino Arana.

Cuando Chacón espera con el cuchillo en ristre

No se vayan a creer todo lo que ven en los engalanados palcos del PSC cuando arriba por allí el cuitado Rubalcaba. Esos besos y abrazos (entre hermanos, naturalmente) esconden navajas albaceteñas de corte muy afilado.

El dime corre de boca en boca por todo socialista enterado: Chacón espera armada (nunca mejor dicho) hasta las cejas. Si Alfredo se le pega (por debajo de 125 escaños) la casa común de la izquierda será el llanto y crujir de huesos.

http://www.elconfidencial.com/opinion/tribuna/2011/11/05/agag-y-las-cacerias-con-su-amigo-saif-gadafi-8176/