| Más de 21 años en coma La familia de Antonio Meño será indemnizada con un millón de euros

La madre de la víctima, Juana Ortega, considera "humillante" el acuerdo

La familia de Antonio Meño, el hombre que ha permanecido más de 21 años en coma tras ser sometido a una intervención quirúrgica, recibirá de las aseguradoras 1.075.000 euros en concepto de indemnización, según ha informado hoy el abogado de la familia.

El Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid había citado hoy a las dos partes -familia y aseguradoras- para intentar alcanzar un acuerdo que evitara llegar a un nuevo juicio, después de que no se alcanzar un consenso en el primer acto de conciliación celebrado el pasado 28 de abril.

La madre de la víctima, Juana Ortega, ha reconocido a la prensa, entre lágrimas, que no estaba contenta con el acuerdo pero que había aceptado la recomendación de su abogado de aceptarlo y poner fin al proceso.

La familia ha declarado que no va a seguir luchando, como le ha recomendado su abogado. "O esto o te tiras otros 10 o 12 años adelante. ¿Qué haces? ¿Qué camino coges? No puedes hacer nada", ha manifestado.

"Siento que he vendido a mi hijo, me siento humillada, pero no puedo más", ha confesado Juana.

Antonio Meño, quien se quedó en coma por una negligencia médica cuando fue operado de una rinoplastia hace ya más de dos décadas.

Para Juana, la culpa de lo ocurrido no es de las aseguradoras sino del anestesista que estuvo presente en la operación de su hijo. A su juicio, ha sido "el mentiroso y el sinvergüenza que ha mentido desde el primer momento".

"A mi satisfecha me dejaría que a este hombre le condenaran y le hicieran cuidar enfermos como está mi hijo para que supieran el daño que hacen", ha añadido.

El caso Meño

El denominado 'Caso Meño' volvió a los juzgados de instrucción después de que el pasado 17 de noviembre la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo (TS) estimara en una sentencia la demanda de revisión de su familia al aparecer un nuevo testigo, anulando así las sentencias dictadas anteriormente sobre este asunto.

La historia de este caso se remonta a 1989, cuando Antonio Meño, que entonces contaba 21 años de edad, fue intervenido de una rinoplastia en la clínica Nuestra Señora de América y quedó tetrapléjico a causa supuestamente de la atención anestésica recibida.

La demanda por negligencia médica de los familiares de Meño contra el hospital y el anestesista fue rechazada y se les impuso el pago de 400.000 euros por las costas del proceso, lo que les llevo a ser desahuciados de su domicilio familar.

El juzgado de primera instancia número 11 de Madrid (en 1998), la Audiencia de Madrid (en 2000) y el Supremo (en 2008) consideraron que la actuación del anestesista había sido correcta y ello condujo a la familia Meño a protagonizar una acampada durante año y medio en la plaza Jacinto Benavente de Madrid, frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia.

Sólo cesaron en su decisión cuando, tras la aparición de un nuevo testigo de la operación, un médico en prácticas, el TS decidió revisar el caso el pasado mes de junio.

El nuevo testigo, llamado Ignacio Frade, aseguró en el Supremo que durante la intervención el anestesista se ausentó y no estaba cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/07/14/madrid/1310638489.html

He visto a esta señora en las noticias.Me ha partido el alma.
Comprendo perfectamente su postura,las ganas de darles fuerte a las aseguradoras pero ante todo es su hijo y la calidad de vida que puede darle con ese dinero.Ya lleva 21 años en ese estado,es hora de que esta familia descanse un poco.

Lo he visto en T.V.,me alegro un montón por esa pobre familia,está claro que no les van a devolver a su hijo tal y como estaba,pero al menos con ese dinero tendrá,dentro de lo que cabe,"calidad de vida".

Cuando oigo de casos como este, que es una negligencia médica, me pregunto que cuantas personas habrá que estén incluso en el cementerio por este motivo. Siempre me acuerdo de algo que me contó una amiga que yo tenía y que cuando hacía las prácticas de enfermería en un conocido hospital de Cádiz supo que habían suministrado una medicación equivocada a un diabético y había fallecido. El asunto se ocultó, a la familia le dijeron vete a saber que y aquí no ha pasado nada.

Me alegro que al menos al final saque algo en claro. Lo que me alucina es como se tapan las negligencias esta gente.

Esos padres tienen muchisimo merito. Estoy con MJ... el anestesista ha salido indemne de todo este y encima ejerce en la unidad de dolor de la Princesa.