Los estudiantes de Calvo exigen explicaciones a la dirección de Princeton
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Los estudiantes de Calvo exigen explicaciones a la dirección de Princeton
Desde que se supo de la extraña muerte de Antonio Calvo, director del Departamento de Lengua Española y Portuguesa en la Universidad Princeton, la actitud de las autoridades de la institución ha sido la mismo: un hermetismo absoluto. Bajo el argumento de la necesidad de preservar la "privacidad" de sus miembros, la dirección no sólo ha rechazado informar de lo sucedido a la prensa, sino incluso a los miembros de la comunidad universitaria.
Tras la conmoción inicial al conocer el suicidio de Calvo el pasado 12 de abril, sus estudiantes han empezado a movilizarse para solicitar de forma conjunta explicaciones al rectorado de la universidad. La chispa que encendió el movimiento fue una carta abierta colgada en un blog por Philip Rothaus, un estudiante de Filología Española que tenía una relación personal cercana al docente español.
En el texto, que corrió como la pólvora a través de las redes sociales, Rothaus denunciaba que el rectorado no sólo se niegue a dar explicaciones a la comunidad, sino que incluso ha prohibido a los colegas del Departamento de Calvo que hablen del asunto con nadie.
"Existe un esfuerzo claro de suprimir la información", asegura, ya que a los miembros de la facultad aparentemente se les prohibió hablar con Antonio por cualquier razón tras su suspensión. "¿Qué derecho tiene la administración de impedir a alguien que hable con un amigo, incluso de asuntos personales, en su tiempo libre?", se preguntaba indignado Rothaus.
Ni un sólo e-mail de respuesta
Rothaus se plantea en la carta las mismas preguntas que la mayoría de estudiantes. "¿Por qué se despidió de forma fulminante a Calvo el 8 de abril, cuatro días antes de su fallecimiento? ¿Quién tomó esa decisión? ¿Por qué no se consultó a los miembros del Departamento de Español sobre la medida? ¿Por qué existe este secretismo que envuelve el caso?"
Emily VanDerLinden, una estudiante de 20 años que tuvo a Calvo como profesor en Toledo, donde la universidad celebra un curso intensivo de español cada verano, se dirigió a las autoridades en repetidas ocasiones para exigir una explicación a tantas incógnitas. Pero se topó con el mismo muro de hermetismo.
"He escrito varios e-mails a los responsables de la universidad pidiendo respuestas sobre todo este asunto. No me han respondido ni uno sólo de ellos", explicó a ELMUNDO.es visiblemente indignada.
Una veintena de estudiantes de Princeton, todos ellos con una relación personal con el profesor español, se reunieron el sábado por la noche para estudiar qué medidas adoptar para exigir a las autoridades que informen sobre el trato que dispensaron a Calvo en sus últimos días de vida, y en caso de haberse cometido algún atropello, que se depuren responsabilidades.
Dedicar en su memoria el curso de verano
En la reunión, con una elevada carga emocional, la mayoría de estudiantes dejó claro que no querían iniciar una caza de brujas en el campus, ni entrar en especulaciones sobre la existencia de una conspiración para expulsarle por parte de algún compañero o doctorando, tal como se apuntó en la prensa estadounidense en los últimos días. Simplemente, quieren la verdad, porque sin ella, no podrán dar paso a un proceso de clausura al dolor que les embarga.
De lo que única cosa que no existe ninguna duda en este misterioso caso es Calvo dejó una huella imborrable en la mayoría de sus estudiantes. Por ejemplo, VanDerLinden lo define como "una de las personas más maravillosas que he conocido".
"Era una persona muy cercana, afectuosa y divertida. Sabías que en cualquier momento podías acudir a él en busca de ayuda o consejo. Era a la vez un profesor y un amigo. Alguna vez había chateado con él hasta las dos de la madrugada", recuerda Rothaus, que enfatiza su condición de trabajador incansable, pues además desarrollaba a la vez tres cargos: director del Departamento, profesor de español, y responsable del programa de verano en Toledo.
Uno de los objetivos de la reunión del sábado fue también discutir qué medidas se podrían adoptar en homenaje de Calvo. Una de ellas que recibió una acogida más positiva fue la de bautizar con su nombre el programa de verano en Toledo. Este sería un gesto que podría compensar la frialdad inicial de la administración, que se limitó a informar a la comunidad universitaria que Calvo "había fallecido" con un e-mail aséptico, sin ninguna muestra de dolor.
Tras la conmoción inicial al conocer el suicidio de Calvo el pasado 12 de abril, sus estudiantes han empezado a movilizarse para solicitar de forma conjunta explicaciones al rectorado de la universidad. La chispa que encendió el movimiento fue una carta abierta colgada en un blog por Philip Rothaus, un estudiante de Filología Española que tenía una relación personal cercana al docente español.
En el texto, que corrió como la pólvora a través de las redes sociales, Rothaus denunciaba que el rectorado no sólo se niegue a dar explicaciones a la comunidad, sino que incluso ha prohibido a los colegas del Departamento de Calvo que hablen del asunto con nadie.
"Existe un esfuerzo claro de suprimir la información", asegura, ya que a los miembros de la facultad aparentemente se les prohibió hablar con Antonio por cualquier razón tras su suspensión. "¿Qué derecho tiene la administración de impedir a alguien que hable con un amigo, incluso de asuntos personales, en su tiempo libre?", se preguntaba indignado Rothaus.
Ni un sólo e-mail de respuesta
Rothaus se plantea en la carta las mismas preguntas que la mayoría de estudiantes. "¿Por qué se despidió de forma fulminante a Calvo el 8 de abril, cuatro días antes de su fallecimiento? ¿Quién tomó esa decisión? ¿Por qué no se consultó a los miembros del Departamento de Español sobre la medida? ¿Por qué existe este secretismo que envuelve el caso?"
Emily VanDerLinden, una estudiante de 20 años que tuvo a Calvo como profesor en Toledo, donde la universidad celebra un curso intensivo de español cada verano, se dirigió a las autoridades en repetidas ocasiones para exigir una explicación a tantas incógnitas. Pero se topó con el mismo muro de hermetismo.
"He escrito varios e-mails a los responsables de la universidad pidiendo respuestas sobre todo este asunto. No me han respondido ni uno sólo de ellos", explicó a ELMUNDO.es visiblemente indignada.
Una veintena de estudiantes de Princeton, todos ellos con una relación personal con el profesor español, se reunieron el sábado por la noche para estudiar qué medidas adoptar para exigir a las autoridades que informen sobre el trato que dispensaron a Calvo en sus últimos días de vida, y en caso de haberse cometido algún atropello, que se depuren responsabilidades.
Dedicar en su memoria el curso de verano
En la reunión, con una elevada carga emocional, la mayoría de estudiantes dejó claro que no querían iniciar una caza de brujas en el campus, ni entrar en especulaciones sobre la existencia de una conspiración para expulsarle por parte de algún compañero o doctorando, tal como se apuntó en la prensa estadounidense en los últimos días. Simplemente, quieren la verdad, porque sin ella, no podrán dar paso a un proceso de clausura al dolor que les embarga.
De lo que única cosa que no existe ninguna duda en este misterioso caso es Calvo dejó una huella imborrable en la mayoría de sus estudiantes. Por ejemplo, VanDerLinden lo define como "una de las personas más maravillosas que he conocido".
"Era una persona muy cercana, afectuosa y divertida. Sabías que en cualquier momento podías acudir a él en busca de ayuda o consejo. Era a la vez un profesor y un amigo. Alguna vez había chateado con él hasta las dos de la madrugada", recuerda Rothaus, que enfatiza su condición de trabajador incansable, pues además desarrollaba a la vez tres cargos: director del Departamento, profesor de español, y responsable del programa de verano en Toledo.
Uno de los objetivos de la reunión del sábado fue también discutir qué medidas se podrían adoptar en homenaje de Calvo. Una de ellas que recibió una acogida más positiva fue la de bautizar con su nombre el programa de verano en Toledo. Este sería un gesto que podría compensar la frialdad inicial de la administración, que se limitó a informar a la comunidad universitaria que Calvo "había fallecido" con un e-mail aséptico, sin ninguna muestra de dolor.
jewss- vip oro
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Fecha de inscripción : 28/10/2008
Re: Los estudiantes de Calvo exigen explicaciones a la dirección de Princeton
Esto es todo rarisimo.
Si buscan encontraran.
La universidad dice:
Princeton asegura que el despido de Calvo fue procedente La universidad recomendó la "suspensión inmediata" de su contrato después de comprobar que hubo pruebas de "conducta inadecuada".- El centro dice que ha permanecido dos semanas en silencio para proteger la intimidad y el honor del profesor
Si buscan encontraran.
La universidad dice:
Princeton asegura que el despido de Calvo fue procedente La universidad recomendó la "suspensión inmediata" de su contrato después de comprobar que hubo pruebas de "conducta inadecuada".- El centro dice que ha permanecido dos semanas en silencio para proteger la intimidad y el honor del profesor
jewss- vip oro
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